Hay días que no. Días que más te valía no haber salido de la cama. Días que podrías borrar del calendario y no perderías nada. Días que se cruzan y no hay quién los enderece.
No se acierta con nada, ni con las palabras, ni con las actuaciones de cada uno, ni siquiera con la ropa.
Nada sale bien, nada. Por más ganas que le pongas, por más que te resignes y pienses "va, venga, es sólo un mal día", éste, parece un año entero. Porque además de ser malo, se hace eterno, el mamón.
Hablas con alguien para intentar distraerte y la lías. La lías porque hablas de más, sin motivo, o de menos, sin motivo tampoco. O interpretas mal lo que te dicen y te cabreas (más de lo que ya estabas) y ya venga, pírate! "Pírate" por no mandarte a tomar por dónde amargan los pepinos, que esto no queda bien así escrito.
Acabas de comer, ni el café te has tomado, y ya estás pensando en irte a la cama para terminar con este domingo infernal, que más que un día de descanso nacional, ha sido un día de sufrimiento personal.
Entendedme, se dice sufrimiento exagerando la desastrosa jornada que uno lleva, no firmando con la sangre que brota de unas venas recién cortadas, tampoco hay que llevarlo al límite, sólo lo justo para que esto quede correcto.
Así que lunes, no decepciones a quién lleva todo un fin de semana anhelándote. Que entre rabias contenidas y hormonas revolucionadas, no aguanta más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario