viernes, 10 de agosto de 2012

Afortunada

A veces da por pensar, a veces da por recordar, a veces da por echar la vista atrás y ver que no fuimos todo lo que debimos ser.
Que no dimos lo que se esperaba de nosotros.
Que no lo dimos y aún así, lucharon por nosotros y hoy siguen a nuestro lado.
En ese momento, cuando todo se arregla y vuelve a su ser, lo ves normal. Esto es lo que tenía que pasar. 
Mentira.
Si no llega a ser por el tesón y la fuerza, las ganas y el valor, que le puso esa persona, hoy nada sería lo que es. 
Y te sientes afortunado por tenerlo a tu lado, por formar parte de su vida. Porque te ha querido tener en su vida. Porque siga queriéndote cerca. Por las miradas que lo dicen todo. Por los silencios que no molestan. Por las horas y horas a su lado que pasan en un segundo. 








-Mafalda: Sí claro pero, ¿Y cuando vos te ponés estúpida?
-Susanita: ¿Y vos tarada?
-Mafalda: ¿Y vos zanahoria?
-Susanita: ¿Y vos papafrita?
-Mafalda: ¿Cómo podemos ser tan amigas cuando no nos aguantamos?










Lo piensas y es raro, sientes que deberías haber dado más de ti, pero esa persona jamás te reclamará nada. No es su estilo.
La única forma de corresponder esa lucha es seguir ahora a su lado, incondicionalmente. 
Por que hay frases que destrozan "A mi también me costó volver a confiar en ti" / "Ojalá me hubieras querido a mí la mitad de lo que le quieres a él". 
Dos frases lapidarias que, acompañadas de esa sonrisa, sabes que no van a hacer daño pero que demuestran, eso sí, todo el daño que tú hiciste. 
Y se juntan los sentimientos.
El primero, arrepentimiento. Pudiste hacerlo mejor, ¿cómo pudiste ser tan fría? Notas una presión en el pecho que te hace sentirte pequeña, minúscula.
El segundo, felicidad. Esa persona es única, es especial, es de esas personas que merecen la pena y, no sabes gracias a quién (o sí), está ahí todavía por ti. Contigo. Para ti. A tu lado. Y el pasado ya no importa, el pasado quedó atrás. 
No vas a volver a fallar. No eres capaz. Sólo pensar en cometer un tropiezo similar y se te revuelve el cuerpo. No puedes fallar a alguien que ha luchado tanto por ti y ha demostrado que le importas tanto.
Normalmente consideramos importantes para nosotros a todo aquel que nos rodea, unos más y otros menos. Pero hay personas que si no estuvieran cerca, nada sería lo mismo, nosotros no seríamos los mismos. 
Y de eso te das cuenta un día cualquiera, sin ningún motivo, pero te das cuenta. 
Y cuando eso pasa, sólo puedes sonreír y sentir inmensamente afortunada.