Todos tenemos malos días, malos meses e incluso, malos años. Creemos que son malas rachas y que ya pasarán.
Si bien yo opino que el tiempo todo lo cura y que no hay mejor juez que él mismo, también creo que una parte muy importante para ser felices y vivir buenos tiempos, está dentro de nosotros mismos.
Dependiendo de la edad que tengamos, los problemas serán unos u otros: el amor que viene y se va, las clases que nos hacen confundirnos aún más, las notas que nunca son las esperadas, las entrevistas de trabajo que no llegan, los jefes cabrones... Y casi siempre, nos acomodamos a ellos.
Repito que mi opinión y una de mis claves es que el tiempo todo lo arregla, pero creo firmemente que ese tiempo se verá sumamente reducido si le echamos valor y ganas a todo lo que hacemos.
Muchas veces tenemos miedo de salir, de reflotar, de volver a latir, de volver a sentir, de volver a empezar, por eso que dicen de "más vale lo malo conocido, que lo bueno por conocer". Pues sí, pero no.
Aquí si se quiere ser feliz, se puede. Sólo hay que saber mirar hacia delante, ponerle ganas y no querer ser más de lo que se puede. Ser siempre fiel a uno mismo.
Me parece muy respetable ese período de luto que se guarda a determinada circunstancia. Ese tiempo en el que nos lamentamos por lo que pudimos hacer y no hicimos, por lo que cambiaríamos, por lo que sería hoy... Pero creo que ese período no debería prolongarse excesivamente en nuestra vida.
Soy optimista por naturaleza, quizá demasiado, pero si de algo estoy 100% segura es de que no por mucho recrearnos en nuestra agonía, ésta va a ser menos o a desaparecer.
La manera de recuperarse de una rotura de tibia es reposo (período de luto) y empezar poco a poco a caminar. Primero con apoyos y después sin ellos. Pues aquí lo mismo.
Ya está bien de lamentaciones. Tu felicidad depende de ti. Y de nadie más.
Tú eres tan feliz como quieres serlo. Tienes mil sonrisas a tu alcance, sólo tienes que saber cogerlas.
Aquí va una, es gratis. Te la regalo. =D